DANIELA HERRERO: Adiós a la inocencia
Antes del show del sábado 23 en el teatro Ateneo, Daniela Herrero confiesa, entre otras temas, su decisión de inclinarse definitivamente por el rock.

20.09.2006

 
No surgió de un reality show ni de un casting televisivo como muchos jóvenes de su edad. Con apenas 21 años, ella fue construyendo una carrera musical que ya lleva tres discos y que comenzó de la manera más simple y natural: una tarde de 1999 se presentó ante familiares y amigos en el hoy desaparecido Oliverio Allways, en el subsuelo del Hotel Bauen. Hasta allí se acercó un representante de la compañía Sony (hoy Sony/BMG) y, tras quedar sorprendido por lo escuchado, de ese show al primer disco, sólo hubo un paso.

Con el álbum debut bajo el brazo y su primer hit, “Sólo tus canciones”, sonando en las radios, Daniela Herrero se fue haciendo de un lugar en el difícil mundo de la música. Armada de una mayor experiencia, y tras su paso como actriz en la tira televisiva “Costumbres argentinas”, en 2002 lanzó No voy a mentirte, un trabajo un tanto más sólido pero en el que aún perduraba un lógico tamiz ingenuo.

Los años pasaron y con ellos, ella fue viviendo otras experiencias, sintiendo otras cosas, y todo ese cambio se vio reflejado cuando en el 2005 lanzó El espejo, su tercera producción discográfica, donde la niña de ayer daba paso a una adolescente de look más sexy y un sonido más cercano a la dureza del rock. A un año de su salida, y mientras comienza a darle forma a su próximo álbum, Daniela Herrero se presentará este sábado 23 de septiembre en el teatro Ateneo. Pero antes dialogó con 10Música sobre esta nueva etapa de cambios, madurez y mucho rock’n roll.

¿Qué balance podés hacer de El espejo a un año de su lanzamiento?

El balance es superpositivo y además constructivo. Si bien un año es poco tiempo para ya estar pensando en el próximo disco, pasaron muchas cosas y hubo un cambio importante en mí, un clic que hizo de El espejo un álbum de transición. Tanto la banda como yo aún nos estamos acomodando a esta nueva etapa.

¿Los cambios notorios en tu look y en tu propuesta, hoy mucho más rockera, parten de una evolución natural o es producto de estar atenta a las últimas tendencias estéticas y musicales?

Tienen que ver con un crecimiento personal, con un proceso interno por el cual pasan todas las personas. A la hora de grabar el primer disco, pensaba distinto y tenía otro concepto de todo. En el segundo ocurrió lo mismo y con el tercero también. Uno va creciendo, teniendo otras vivencias y es normal cambiar de parecer, de opinión y de gustos a medida que transcurre el tiempo. Eso es evolucionar. No reniego de mis discos anteriores. Es más, la gente me sigue pidiendo temas del primero que a mí también me gustan. Pero estoy en otra etapa; quiero probar otras cosas y no sonar tan naive. Antes era de escuchar sólo rock nacional pero, desde hace un tiempo, me abrí hacia lo internacional y eso me hizo cambiar la cabeza. Magic Numbers me gusta muchísimo; Elvis Costello, Audioslave, Pearl Jam… Está bueno escuchar otras cosas porque eso también puede dispararte nuevas ideas para componer.

¿Cómo fue la experiencia de telonear a Avril Lavigne considerando que te presentabas ante un público adolescente pero más cercano al rock?

Tocar de telonero te pone en un lugar medio incómodo porque todo el mundo quiere ver al artista principal y la prueba de sonido es, en general, una cagada porque te dan muy poco tiempo y hacés todo a las apuradas. De todos modos, yo fui e hice lo que tenía que hacer. Algunos me tiraron muy buena onda, otros no, pero está todo bien. Cuando sos telonero sabés que las cosas son así, porque no es un show tuyo, y te la tenés que bancar. Igual lo disfruté porque con esas experiencias aprendí mucho. Avril Lavigne no me gusta, pero la respeto. Para mí fue un show más.

¿Qué características tendrá el show que vas a dar en el teatro Ateneo?

Vamos a despedir los temas de El espejo y repasar los de los discos anteriores pero con el sonido y el estilo actuales. También vamos a presentar un tema nuevo, tocar algunos covers y habrá algunos invitados especiales. Va a ser un show de veintitrés temas aproximadamente. De todos los aspectos que tiene el hecho de dedicarse a la música, el que más me gusta es el de presentarme en vivo.

¿Ya tenés idea de cómo será tu próximo álbum teniendo en cuenta que en este show vas a despedir a El espejo?

Sí. Mi intención es tirarme cada vez más para el lado del rock. Esa es la meta. Ya tengo un par de temas nuevos compuestos y algunos son rocks bien cuadradotes (sic), cero pretenciosos, pero que te vuelan la cabeza. Y las letras hablan de lo que me sucede hoy en día.

¿Volverías a trabajar en televisión después de tu paso por “Costumbres argentinas” o lo tuyo definitivamente es la música?

Depende de la propuesta. Si es interesante, sí. Lo de “Costumbres…” me venía bárbaro porque, en principio, estaba ambientada en los ochenta, con mucho componente musical, y además iba a cantar temas de rock nacional que me gustaban. Para mí era una gran oportunidad porque podía llegar a más gente y, además, estaba preparando mi segundo disco. Todo cerraba. Pero el encanto duró tres meses. Después, se convirtió en un culebrón total y terminamos haciendo lo mismo que hacen todos: el típico triángulo amoroso, con peleas y reconciliaciones. Al final, no me gustó pero cumplí con mi contrato como corresponde. La actuación me gusta pero, hoy por hoy, no lo haría porque estoy con la cabeza en otro lado.

¿Tuviste alguna propuesta para hacer cine?

Sí, una. Pero no me gustaba el director, los actores ni el guión. Además, en ese momento estaba trabajando en televisión y no tenía tiempo.

¿Te queda alguna asignatura pendiente después de grabar tu álbum debut en España con Alejo Stivel (Tequila) como productor, cantar en vivo con Pappo y participar en el disco Inconsciente Colectivo, de Fabiana Cantilo, siendo una persona tan joven?

Pensar que mi primer disco lo grabé con músicos tan grosos como Fernando Lupano y Fernando Samalea, entre otros, y con Alejo como productor me da escalofríos (se ríe). No muchos tienen la oportunidad de debutar en un estudio con gente de esa categoría. Sin embargo, no soy de planificar mucho. Siempre dejé que las cosas vayan sucediendo naturalmente y así sorprenderme. Si perdés la sorpresa, si todo está preparado de antemano, me parece que no te queda nada. Así se dio lo de Pappo y lo de Fabiana Cantilo. Pero si de asignaturas pendientes se trata, te diría que mi sueño es irme durante un mes a Londres con una guitarra y cantar por ahí en bares, en lugares chicos. Es algo que me viene dando vueltas en la cabeza desde hace un tiempo. Me encantaría lograrlo.

Gabriel Hernando